martes, 19 de mayo de 2009

El viaje místico

El gris se tornó en negro ante sus ojos, y el frio y la oscuridad lo envolvieron. Se sintió caer en el vacío absoluto y luego nada. pensamientos confusos cruzaban su mente como la muerte o el coma, repitiendose en las oquedades de su craneo y en los laberintos de su encéfalo como una amenaza, o mejor dicho, como una sentencia inapelable. Pronto, un haz de luz atravesó la amenaza de la total oscuridad y se aproximó a Pablo, hasta que lo atravesó por la cintura, abrasándole las entrañas con un ardor indescriptible, con facilidad también. Pablo sintió miedo; no se había pasado todo el año yendo al gimnasio para que ahora la destrozase los abdominales un fenómeno paranormal por el que Iker GIménez suspira todas la noches antes de dormir. Sintió entonces cómo subío su cuerpo ensartado por el haz de luz, que ahora parecía más bien la barra de una estación de bomberos o la de un bar de carretera. Sube y sube, hacia una luz que cada vez se hace más grande. Y consigue llegar hasta ella, y resulta que no es una luz, sino una entrada por la que el flacucho cuerpo de pablo, a pesar de la matricula en el gimnasio y las clases de artes marciales, pasó con facilidad.
CONTINUARÁ

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